Un buen día que ahora se desdibuja en el tiempo abrió sus puertas a una Armenia que despertaba en un progreso paulatino, era el momento preciso; quindianos emprendedores se enfocaban en un futuro promisorio, lleno de esperanzas y posibilidades. Armenia creció y desde otros lugares lo consideraron un milagro y así identificaron a esta bella región durante muchos años.
La Fogata estuvo allí y ha estado allí, siendo parte día a día de todos los acontecimientos de Armenia, ganando un espacio para ser reconocida por todos, tanto de quienes la frecuentaban, como también, de aquellos que por primera vez venían a Armenia y se llevaban la mejor impresión de la buena cocina de La Fogata y de el lugar donde esta ubicada.
Muchas cosas hacían y hacen parte de este sitio en especial; por eso para muchos la primera cita, el aniversario, el cumpleaños, la reunión de negocios, debe ser en La Fogata, por como dicen en buen lenguaje coloquial,” en La Fogata vamos a la fija”.
Los turistas, las gentes que vienen de otras ciudades y que ya han estado en La Fogata o a quienes simplemente les han recomendado visitar la fogata si vienen a Armenia por primera vez, sienten que han estado en un sitio donde vale la pena regresar.
La Fogata hace parte de Armenia y de su historia, de las generaciones que han disfrutado de la buena mesa. En su espacio, curiosamente apenas rodeado de paredes, los armenios encontramos recuerdos y remembranzas de épocas pasadas, amigos que ya se han marchado, quienes disfrutaron cada momento departiendo tardes enteras alrededor de la buena mesa; cada una y todas estas cosas hacen de La Fogata un sitio especial.